Tanto el paciente con daño cerebral como su familia se ven afectados por la situación. Por esta razón, es de vital importancia que estén presentes en el proceso de evaluación y rehabilitación. El objetivo de hacerlo es tener un proceso completo, adecuado y beneficioso para el paciente.
Todo esto ha creado la duda de ¿qué puede hacer la familia para ayudar al afectado? Y, ¿Qué debe hacer la familia para ayudar en el proceso? Para responder estas preguntas, es necesario explicar las funciones que tiene el círculo familiar en las diferentes fases que atraviesa el paciente.
¿Cómo puede ayudar la familia en la evaluación del daño cerebral?
Los familiares también suelen conocer mejor cuáles son las estrategias que tiene el paciente para afrontar los problemas. Esto es relevante ya que, al sufrir un daño cerebral, se debe conocer como el paciente va intentar manejar la situación. De igual manera, se podría conocer cuáles son las estrategias con las que se debe iniciar el proceso de concientización y rehabilitación.
Asimismo, la familia puede reportar las diferentes psicopatologías existentes, el tipo de formación, la profesión y el entorno psicosocial en el que se desenvuelve. Todo esto con el fin de conocer las potenciales relaciones de síntomas y/o la posible reserva cognitiva, y así aproximarse a un pronóstico más certero.
Por último, en la evaluación, las personas cercanas tienen la capacidad de explicar cuáles han sido los cambios físicos, cognitivos y conductuales que ha presentado después de la lesión. Además, al estar dentro del contexto del paciente, pueden informar sobre problemas en el desarrollo de actividades de la vida diaria.
La familia en el daño cerebral como parte del equipo rehabilitador
“La familia es uno de los pilares básicos de la rehabilitación ya que sin ella, el equipo está incompleto (…) su implicación en la rehabilitación facilita el mantenimiento de los logros obtenidos en la consulta y ayuda a que estos se generalicen en su entorno” (Gullart y Reyero, 2006, p.116). Como resultado, se vuelven parte fundamental para tener una verdadera mejora de las dificultades.
En el inicio de la rehabilitación, la familia puede ayudar a establecer cuál es la base que tiene el paciente. Es decir, comentar tanto las habilidades como las falencias que presenta en ese momento. Esto resulta útil en el momento de redactar los objetivos a corto y largo plazo en la intervención.
Durante el proceso, pueden ayudar a la consolidación de las habilidades entrenadas, dando la oportunidad para que se aumente la motivación y se puedan realizar las actividades diariamente. Esta motivación se efectúa por medio de la administración de refuerzo ante el esfuerzo o logro de una o varias actividades (Sagredo, 2016).
El rol de cooterapeuta que tiene la familia en el daño cerebral
Uno de los roles que puede cumplir la familia es el de ser cooterapeutas, especialmente en los procesos de recuperación. Para ello, se debe dar con un entrenamiento en diferentes técnicas para la rehabilitación como la de reinserción domiciliaria. De esta manera, se puede mejorar y mantener la salud social, psicológica y física (Gómez, 2008).
Asimismo, se debe entrenar y enseñar la manera en la que se deberían guiar las actividades. Se busca que comprendan que la persona necesita comenzar a desarrollar su autonomía tomando, en ocasiones, la función de terapeuta en casa.
El rol de cooterapeuta implica diferentes funciones:
- Enseñar las estrategias en situaciones reales.
- Ayudar a aplicar las estrategias en todos los contextos.
- Facilitar la generalización de los procesos terapéuticos.
- Dar ayudas verbales y/o visuales.
- Reforzar las conductas o los refuerzos.
Es necesario que la familia identifique las capacidades del paciente. Asimismo, necesita capacitarse tanto en la manera de ayudar, como de comportarse frente a diferentes situaciones. Es necesario que tengan claros los procedimientos y que puedan compartirlos con todas las personas que se relacionen con el paciente.
Con este proceso, se ha visto que la familia se siente más satisfecha por ayudar a la mejoría del paciente y disminuyen así los sentimientos de culpa, indefensión e ira que pueden ser causados por el accidente o daño cerebral adquirido. Adicionalmente, se sienten útiles, convirtiéndose en parte de la solución a los problemas que puede presentar la persona (Gullart,y Reyero, 2006).
¿La familia en el daño cerebral necesita ayuda?
Aunque los pacientes necesitan la mayor cantidad de ayuda para salir adelante, no podemos dejar a un lado a la familia. Ellos también han sufrido un gran impacto en sus vidas y necesitan asumir los cambios provocados por el accidente. En ocasiones, estos cambios requieren la absorción o cambio total de los roles que presenta la familia. Por esta razón, precisan de educación, orientación, atención y ayuda (Bruna et al., 2011).
Este proceso es muy importante ya que se necesita que el cuidador se encuentre bien, exento de sentimiento de carga para así poder ofrecer una ayuda de calidad a su familiar (Gullar y Reyero 2006). Para lograrlo, es necesario enfocarse en diferentes aspectos como:
- Enseñar habilidades de enfrentamiento y solución de problemas para mejorar cualquier situación de conflicto.
- Dar apoyo emocional y propiciar espacio para compartir sus propias frustraciones.
- Proporcionar conocimiento sobre los recursos disponibles para que puedan recibir ayudas.
- Generar e informar sobre redes sociales y grupos de apoyo.
¿Cómo ayudar a la familia en el daño cerebral?
Dentro del proceso de intervención en la familia se debe tener en cuenta las diferentes problemáticas de cada uno de los miembros y su dinámica familiar. Todo esto con el fin de que la intervención sea efectiva y tenga influencia no solo en ellos, sino en el proceso de recuperación del familiar. Dentro de los principales respaldos encontramos:
- Psicoeducación: Tiene como objetivo dar información sobre el daño. En esta fase se explica y se brindan pautas de información sobre cómo actuar frente a diferentes situaciones.
- Consejo familiar: Ofrece instrucciones sobre estrategias de afrontamiento ante problemas familiares. Da pautas para desarrollar las relaciones sociales.
- Terapia familiar o terapia de pareja: Resolución de patrones disfuncionales para reestablecer unidad familiar o de pareja.
- Terapia para trastornos específicos: Trabajar cualquier trastorno psicológico que se haya sido desencadenado por el accidente del familiar.
- Grupos de apoyo: Conocer experiencias de familias puede servir de ayuda para resolver dudas.
- Asociaciones de familias: recibir ayuda de otras familias, darse apoyo y compañía.
Conclusión
Para terminar, es importante resaltar el papel fundamental que tiene la familia en el proceso de recuperación del daño cerebral. No solo pueden dar información relevante sobre la persona, sino que se deben convertir en parte del equipo rehabilitador del paciente, apoyando a una mejor recuperación.
Aun así, es importe tener en cuenta que ellos también han vivido una situación traumática por lo que es necesario que reciban apoyo en el proceso. Este apoyo se basa en herramientas de ayuda para superar los problemas colaterales. Asimismo, es de gran importancia valorar sus opiniones y sentimientos.
Fuente: NeuroClass